CONSERVAR VUESTRA AMISTAD CONMIGO
17 de enero de 1992
Nada de lo que sucede podrá ser resistido sin una auténtica y profunda formación espiritual que lograréis en el contacto con mi Palabra. Debéis leer asiduamente mi Palabra, la Santa Biblia, no solo como una lectura más, sino como lo que es: la voz de Dios para vosotros.
La meditación de ésas, mis palabras, os introducirá en mis planes salvíficos sobre toda la humanidad y os traerá de la mano hacia mí. No despreciéis los momentos en que leéis mi Palabra, no desaprovechéis ocasiones con otras lecturas. Y guardáos bien de pensar que os hablo de gran cantidad de lectura, me refiero a conocimiento de mi Palabra, la meditación de la misma, no en cantidad sino en calidad. Mi gracia acudirá prontamente a vosotros y el Espíritu Santo os iluminará para que saquéis auténtico provecho. Recordadlo, y también son necesarias mis Palabras actuales, los Mensajes que habéis recibido no son en el tiempo lejanos para vosotros, todos son verdaderamente actuales. Releedlos y meditadlos también.
Vuestra fortaleza espiritual debe estar así formada en la voz de vuestro Maestro: ¡Si viéreis la hermosura que alcanza un alma cuando penetra los misterios de mi Palabra y los aplica en el camino de la perfección!, ésto unido a los Sacramentos, a la oración, a la participación de la Santa Misa, os convertirá en verdaderas luces para el mundo. Si lo intentáis, Yo estaré con vosotros para auxiliaros. Tened paz.
Recibid mi bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Que vuestra única preocupación sea conservar vuestra amistad conmigo. Paz.
Lectura: Jeremías, Cap. 6, Vers. 9 al 16.
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