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NADA DE LO QUE SE OS PIDE
ES IMPOSIBLE, AL CONTRARIO,
CON MI GRACIA TODO LO LOGRARÉIS

14 de diciembre de 1990

Mi paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Continuad el camino de la fidelidad a mis palabras que a pesar de ser pedregoso os lleva a la perfección. Recordad en el próximo viernes anterior a la fiesta de Navidad bendeciré a aquellas imágenes que me representan en el día de mi nacimiento para todos aquellos que personalmente estén presentes en dicha reunión. Venid, pues, y traed esa pequeña imagen que será vuestro tesoro en la noche de Navidad, pues, con mi bendición os dará la fuerza y bendecirá vuestros hogares. Si sabéis aprovecharla grandes gracias os vendrán a través de este pequeño niño.
No os dejéis tentar, amados míos, por las cosas fáciles. En esta época, en este mundo, en estos años que corren solo se atrae a los hombres con cosas simples, fáciles, cómodas, sensuales. Nadie habla ya de sacrificios, ni habla de preocupación por alcanzar algo, todo parecería estar al alcance de la mano, aún el Cielo, mas no es así, el Cielo será para aquellos que se esfuercen en conseguirlo y negándose a sí mismos, tomando su cruz y siguiendo mi camino.
Ved, pues, alrededor vuestro cuánta luz hace falta y esa luz debe partir de vosotros, de vuestra forma de proceder, de vuestras palabras, de vuestros gestos, no dejéis que los demás pierdan su fe, viendo vuestra tibieza. Santificad todo el mundo con vuestra presencia en cada lugar, si me lleváis con vosotros en vuestros corazones Yo irradiaré mi misericordia y haré que las almas se acerquen paulatinamente. Vuestra misión, vuestra simple misión, vuestra pura misión, es ser auténticos hijos de Dios, vivid como tales, practicad el seguimiento de vuestro Señor aún en los máximos sacrificios y orad por todos.
Nada de lo que se os pide es imposible, al contrario, con mi Gracia todo lo lograréis. Animáos pues, es vuestra hora, la hora de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, movilizáos, pues, en busca de almas antes que sean extraviadas o hundidas.
¡Responded y responded pronto! ¡la humanidad os necesita!
Tened paz, no olvidéis mi pedido.
Yo os bendigo para que os mantengáis unidos siempre a mí, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Vosotros sóis el remedio que debe aplicarse en estos tiempos al enfermo Cuerpo Místico, sabedlo, y comportáos como Yo os he pedido. Vosotros sois la medicina que Dios pone al alcance de toda la humanidad: obrad consecuentemente. Paz a los corazones limpios.

Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 21, Vers. 1 al 14.





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