CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 25

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





TODAS ESTAS ENSEÑANZAS
YA HAN SIDO DADAS PERO NO POR ESO
HAN SIDO CUMPLIDAS

25 de noviembre de 1990, Reunión de enfermos

La paz llegue a vosotros, ovejas de mi grey.
Recibid la paz que solo vuestro Dios puede daros que ya anide en vuestro corazón y no os abandone. El gran tesoro de estos tiempos está siendo abandonado paulatinamente o desvalorizado por los fieles cristianos. Os preguntáis porqué avanza tanto la fuerza del enemigo; os preguntaréis porqué manda el demonio en este mundo: es porque vosotros, mis seguidores, no apreciáis convenientemente el Santo Sacrificio de la Misa y la presencia de vuestro Dios en la Sagrada Eucaristía.
Para participar dignamente del Santo Sacrificio debéis prepararos previamente. Llegad con anticipación al templo, unos minutos son suficientes, recoged vuestros sentidos, poneos de rodillas frente a mí, orad en silencio y pedid inspiración para poder sacar el mayor provecho posible. Durante la Santa Misa evitad toda distracción que os lleve de una persona a otra, de un objeto a otro, centrad vuestra atención en mi presencia en primer lugar, a través de las lecturas y luego a través de la Santa Eucaristía. Dad el valor que tiene la presencia de vuestro Dios en medio de todos vosotros reunidos en mi nombre, no es simplemente una cena de amigos, ni es una invitación de uno más, sino que es Dios que se presenta. ¿No habéis pensado jamás cómo os miro desde el altar?, ¿o acaso creéis que la eucaristía es un pan muerto? no es así, hijos. Y vosotros que os decís seguidores del Señor, debéis valorar en todo su peso y medida esta enorme prueba de misericordia, pues numerosos atentados siguen dándose en contra de este Santo Sacrificio y seguirán tratando de quitarle lo sagrado, mas en vosotros está defender la verdad. Poneos seriamente a pensar y participad con humildad en la Ceremonia Litúrgica. No os dejéis llevar por las distracciones, vuelvo a repetir, y pedid, pedid mucho durante la Santa Misa.
Luego de la Comunión haced convenientemente vuestra acción de gracias, no es de buen gusto, no me agrada, hijos Míos, que habiendo recibido mi Cuerpo y mi Sangre, sigáis el ritmo natural de vuestra vida o comencéis inmediatamente a elevar canciones o a conversar entre vosotros o que os volváis a vuestros asientos como si tal cosa. El Señor ha entrado en vosotros y debéis una acción de gracias digna de esta presencia que se os acerca. Cumplidlo, cumplidlo y me agradaréis, Yo os hablaré a vuestros corazones y os infundiré mi Espíritu para que obtengáis fuerza.
Y en el momento de la bendición final, no os retiréis apresuradamente, no os olvidéis que en la Santa Misa habéis participado del Sacrificio del Calvario y de mi Resurrección gloriosa, no os retiréis como quién debe cumplir un horario simplemente, quedáos unos minutos más en señal de agradecimiento.
Si no aprovecháis al máximo estos grandes dones que se vuelcan en vosotros, no podréis soportar lo que vendrá. Reconoced, entonces, cómo vuestro Pastor os guía hacia aguas frescas y pastos tiernos y buscad el consuelo siempre en mí, siempre en mí, amados míos.
La Santa Misa es la oración perfecta y todos los Ángeles y Santos están allí junto al altar, con mi Madre Santísima. Actuad convenientemente a estas presencias, mostráos como corresponde a un digno hijo de Dios, sed respetuosos de la Corte Celestial que se une a vosotros en este Sacrificio inigualable.
Tened paz. Yo bendigo a todos vosotros para que recibáis la salud de cuerpo y alma, según vuestro compromiso y amor a mí, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Todas estas enseñanzas ya han sido dadas pero no por eso han sido cumplidas. Recordad bien lo que os he dicho para cumplirlo prontamente, si me amáis, haced esto por mí. Paz a vosotros.

Lectura: Job, Cap. 26.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE