CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 17

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





SEMBRAD VALIENTEMENTE TODA LA TIERRA, DONDE LA TIERRA SEA BUENA,
EL FRUTO SERÁ BUENO

Capital Federal, 2 de febrero de 1990   |   Primer Viernes de mes
Fiesta de la Purificación de María Santísima

Mi paz a vosotros, ovejas de mi grey.
He aquí que invocáis mi nombre y entre vosotros estoy y me manifiesto.
Cada vez que con recta intención os dirijáis a mí de mí obtendréis respuesta pues Yo soy el que es siempre fiel.
En otro tiempo cuando vuestra vida transcurría lejos de mis planes jamás os abandoné antes bien os fuí guiando hasta introduciros cada vez más en ésta, mi obra. Ahora, entonces, cuando mis planes han sido expuestos a vosotros abiertamente y os he propuesto esta alianza de entrega y amor, ahora, no abandonéis el camino, porque si antes os busqué y acompañé, cuánto más ahora os bendeciré y seguiré marchando a vuestro lado.
No detengáis vuestra marcha hacia el Reino de los Cielos, no os quedéis sentados sobre las piedras del camino, quitadlas, pues son obstáculo para vosotros y para aquellos que detrás vuestro han decidido seguir la senda estrecha y difícil que lleva al Reino.
¿Por qué creéis acaso que estoy entregando nuevamente como hoy mis ángeles custodios para vuestros cenáculos? Pensad, no es solo para que suplan vuestra falta de oración sino para que oigáis sus inspiraciones y siguiéndolas aprendáis la obediencia perfecta de estas criaturas que día a día tienen por única misión obedecer, amar y servir a su Dios que es el vuestro.
Sembrad valientemente toda la tierra pues los surcos serán abiertos por estos Ángeles y que la semilla caiga en todas partes; donde la tierra sea buena, el fruto será bueno. Las tinieblas y la confusión se ciernen sobre este mundo, mas en medio de todas estas calamidades brilla una luz de esperanza para la humanidad, es la luz de mi misericordia, de la cual es signo estos cirios bendecidos.
Permitidme que dé también Yo mi bendición para que su luz sea señal de la luz que parte de mi corazón hacia todas las almas y transmita el fuego y el calor del Espíritu Santo. Es éste el elemento fundamental que os mantiene unidos en la diversidad de vuestras opiniones. El Espíritu Santo une a todas las ovejas de mi grey bajo la única mano que puede y sabe guiarlas.
Yo os bendigo a vosotros y a estos cirios para que sigan siendo señal de la presencia de vuestro Dios en aquel lugar en el que brillen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Recordad, de nada valen los sacramentales si no están acompañados por una auténtica vida de compromiso conmigo.
Felices vosotros que escucháis las palabras que pueden daros las llaves del Reino, oídlas y practicadlas y hallaréis la verdadera paz.
Mi Espíritu habite en vosotros.

Lectura: Eclesiastés, Cap. 8, Vers. 1 al 8.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE