CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 13

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





NO TEMÁIS AL DOLOR SI SABÉIS UTILIZARLO,
ÉL SERÁ VUESTRO AMIGO
Y VUESTRO CAMINO SEGURO

6 de octubre de 1989   |   Primer Viernes de mes

Mi paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Muchos cristianos en este mundo de hoy dentro de mi Iglesia y fuera de Ella se llaman mis amigos y se jactan públicamente de conocerme, mas llegado el momento de sufrir algo por mí, no encuentran forma de despegarse de ese dolor lo más rápido posible, sin importar si esa es la voluntad que el Señor ha puesto en su camino. Muchos dicen amarme, mas no desean sufrir nada por mí.
Siempre os veo buscar vuestras cosas del mundo –las necesarias– con dedicación especial: los alimentos, los vestidos, la casa, vuestra ropa, vuestras amistades, vuestras conversaciones, todo de la mejor manera posible para vosotros mismos, buscando que todo sea para vuestra comodidad. No os hablo de los excesos, os hablo de lo de todos los días, aún ahí, si os incomodáis un poco, si elegís aquella parte que no es del todo buena para todos, si sois un poco más sacrificados, si os preocupáis de ofrecer un poco más cada día, habréis entendido los designios de mi corazón y el valor que el dolor tiene para aquél que lo abraza como he abrazado Yo la cruz por vosotros. No temáis al dolor si sabéis utilizarlo, el será vuestro amigo y vuestro camino seguro. No temáis sufrir por mí, que todo, todo lo he sufrido y dado por cada uno de vosotros.
Mis Santos Ángeles se mueven entre vosotros hoy como cada primer viernes de mes y durante mi bendición signarán vuestra frente con esa señal, la señal de la cruz que habéis recibido en vuestro bautismo y cuyas promesas se renuevan cada vez que os consagráis a mí. También los nuevos centros de oración llevarán para sí, si lo piden con fervor y creen merecerlo, los Ángeles Custodios.
Pero sabed que no todo el que diga, “Señor, Señor”, traspasará el umbral de los Cielos victorioso sino aquél que haya dado, como dí, hasta la última gota de su sangre por la salvación de las almas, por la defensa de la verdad.
Mi amor está entre vosotros, mi amor sois vosotros, ¡mostrad este amor al mundo con vuestro proceder y así seréis hijos predilectos, dignos de misericordia!
Tened paz, Yo os bendigo y os sano como un Padre a sus hijos, recibid la bendición del que Es, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Mucho os preocupa responder con seguridad delante de los demás, preocupaos bien como respondéis íntimamente delante de mis ojos y así lograréis comprender el misterio de la salvación.
Sed felices descansando vuestras miserias humildemente en mi corazón misericordioso.
Paz a aquellos que puedan recibirla.

Lectura: Levítico, Cap. 25, Vers. 17 al 19.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE