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MUCHA SAL HA PERDIDO YA SU SABOR,
CONSERVAD EL RESTO QUE AÚN SIRVE

13 de septiembre de 1989

Mi paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Mi primera venida a esta tierra fue el exacto cumplimiento de todas las profecías y anuncios que los hombres inspirados por el Santo Espíritu de Dios habían hecho sobre mí. Y con mis acciones y prédicas di cumplimiento total a cada una de ellas, aún así, aquellos que más cerca estaban de la verdad no la reconocieron y aquellos que mayor preparación tenían para ver la luz, cerraron sus ojos, porque su corazón se había llenado de soberbia y tanto conocer las profecías pretendían que todo fuese según sus planes y no los de Dios y de esta forma su preocupación mayor era adaptar la forma en que Dios actuaba a lo que ellos deseaban y todo lo que no pasaba frente a ellos y se inclinaba no merecía ser mirado. Actué entre ellos, les mostré las obras de Dios, y aún así su corazón permaneció rígido e inflexible.
Cercana a la Segunda Venida, pues vendré, es verdad, vendré y muy pronto a todos, vuelve a suceder con aquellos que más conocen y más trato tienen con mi Palabra que sus corazones se han endurecido en tanta sabiduría y la verdad actúa entre ellos sin ser reconocida por eso es que para esta Obra necesito mentes y corazones dispuestos. No os preocupéis por vuestra formación, Yo os formaré, pues poder tengo para eso y mucho más. La acción del Espíritu Santo puede superar cualquier cátedra humana, de no ser así, vuestro Dios solo sería una farsa y entre vosotros me moveré con más comodidad, porque bien me siento entre los humildes que solo elevan su mirada al Cielo con esperanza y entre ellos se tratan con amor, amor verdadero de aquél que comparte igual condición frente a los ojos de Dios porque aquellos sin formación o que reciben una formación deformada o restringida para mantenerlos sumergidos, esos son los que responderán: «Señor, aquí estamos», y con ellos que son inmensa mayoría y que no son exactamente los que dirigen sino los que siempre han sido dejados en la última línea, rezagados, pues no presentaban nada de interés a los ojos humanos, pues bien, a ellos y no a los doctores y maestros, a ellos y no a los estudiosos y científicos, a ellos, que solo saben orar y a veces defectuosamente, y oíd bien: a ellos vengo y a esos llamo, porque si ellos despiertan con esto, salvarán su vida y la de aquellos engreídos que buscan solo la satisfacción del mundo. ¿Y a qué hay que temer?, si ningún poder humano puede marcar el camino que debe seguir Dios.
Llevad la verdad a los humildes y sencillos, tened contacto con los de corazón abierto y de buena voluntad, haced continuamente vida la misericordia de vuestro Dios. A ellos vengo y vosotros sois el puente, a los pueblos alejados, a los lugares abandonados humanamente, a esas iglesias donde nunca se oye resonar mi Palabra, a esos pueblos donde el hambre por las cosas de Dios claman a voz en cuello, allí, donde he sido enviado por primera vez os envío en mi Segunda Venida a que preparéis el camino. Id a la tierra fértil donde otros van a engañar, llevad la Luz donde otros dan todo por perdido, ganad para mí y donde el enemigo piense estar tranquilo y cómodamente atrincherado entre tantos pecados, removed su frente, pues sabed que vuestros enemigos no son los hombres sino la Serpiente Antigua y sus seguidores.
Si mantenéis la unidad y la guía que he establecido para vosotros, estaréis a salvo, si os desperdigáis o intentáis iniciativas alocadas por vuestra cuenta, no pidáis mi ayuda para ésto que no esté en mis planes. Ningún obrero puede construir por su cuenta, todos deben seguir el plano trazado para la Obra.
Tened paz en esta época tan difícil, tened paz. Orad, esperad, Yo estoy en todo y en todos los que me buscan con sincero corazón. Vuestras obras hablarán por vosotros y cuando la Palabra sea necesaria, la Palabra estará como siempre lo ha estado, para ataque y defensa, para salvación o condenación.
Mucha sal ha perdido ya su sabor, conservad el resto que aún sirve.
La paz a vosotros, hijos amados, Yo os bendigo y a todo aquél que lea estas palabras con fe reciba lo que vuestro Señor le tiene destinado. Esperad, pronto llegará a cada uno oportunidad.
Bendición y paz en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Con oración y con paciencia, con humildad y perseverancia, con auténtica caridad y sin dobleces, confiad en mí.
Aquél que persevere obtendrá la corona incorruptible reservada a los santos. Paz.

Lectura: II de Crónicas, Cap. 2, Vers. 11 y 12.





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