Edición Nro. 8
COMO CUNA DE NACIMIENTO DE UNA
FUERZA APOSTÓLICA DE ENORME VALOR
CAPITAL FEDERAL, 9 de diciembre de 1988
La Santísima Virgen María ...¿qué es?... tiene en sus manos un reloj de arena con muy pocos granos y lo levanta y lo muestra, ahora lo pasa a la otra mano y señala. Es el tiempo, es el tiempo que corre y la humanidad no sabe aprovecharlo.
HABLA LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA
El Señor os bendiga amados hijitos míos. Soy Yo, la Inmaculada, la llena de gracia, vuestra Madre que he venido en este día a repetiros los pedidos de amor y de misericordia de vuestro Señor. Yo se bien que su voz os suena como trueno y sus palabras os perforan como rayo y he pedido a mi Señor interceder hoy tratando de hacerles entender que es lo que el Señor desea de vosotros.
Cuando un padre regaña a sus hijos siempre la madre intercede para que se renueven los lazos de unión de la familia; mi Señor con justo enojo os reprende por vuestras actitudes, Yo he venido a corroborar sus palabras y también, hijitos míos, a daros esperanza si hacéis lo que os estamos pidiendo muchos alcanzarán salvación. Este bendito país esta elegido como cuna del nacimiento de una fuerza apostólica de enorme valor pero que deberá ser regada con sangre y sacrificios de parte de cada uno de vosotros; no os extingáis como luz que se apaga ante la primer prueba, mantenéos firmes, amados míos, vosotros debéis ser luz para el mundo. Mi Divino Hijo y Yo estamos con vosotros siempre, no temáis a fuerza alguna pues por sobre toda fuerza está la mano del Señor, bendecid y dad gracias por este tiempo de su misericordia.
Quiere... quiere mi Divino Hijo que os recuerde los pedidos que Él os ha realizado que son simples, que Él ya no puede esperar más y que su Justicia desea aniquilar lo malo de este mundo definitivamente pues la salvación está al alcance de la mano y aun así vosotros la estáis despreciando. No os desaniméis, hablo para todos, este mundo ha ubicado sus principales razones de existencia en el materialismo, en la sensualidad, en el placer y el poder y eso lo está llevando a la ruina. Orad, amados míos, cuando rezáis os unís a mí y Yo a vosotros y juntos lograremos que el Señor demore su intervención justa y alarge su intervención misericordiosa. Yo os asistiré, confiad en esta Madre que os ama. Y vosotros que tenéis en vuestras manos la dirección de la Iglesia, hijos predilectos de mi corazón, sed humildes y enseñad a vuestras comunidades a ser humildes delante del Señor pues el Señor resiste a los soberbios. He venido a pedir, es lo que mi Divino Hijo permite y pediré. Aquellas parroquias que durante cinco primeros sábados de mes celebren una misa con intención especial mencionando como desagravio a las injurias cometidas contra los Inmaculados Corazones de Jesús y de María y acompañen luego al Santísimo Sacramento con una oración por las intenciones del Santo Padre obtendrán un aumento en la santidad, devoción y amor a Dios de sus fieles y muchos de los enfermos confiados como intención a estas Misas también sanarán. Aprovechad, el mundo vive en pecados extraordinarios, por eso las gracias son extraordinarias; horroriza a los mismos ángeles posar la vista en este mundo pervertido. Algo más mis amados, vosotras las mujeres, guardad recato y decencia en vuestra forma de vestir, no olvidéis que el exterior es imagen de lo que se lleva dentro; puede que esto signifique algún sacrificio pero todo es válido si se trata del servicio al Señor y si sois dóciles y fieles en lo poco mucho más el Gran Rey os concederá.
Si, mi Señor.
Mi Divino Hijo va a deciros algo Él también.
HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
He permitido la intervención de mi Santa Madre para que veáis como Ella se preocupa por cada uno de vosotros, sabed que su preocupación no es vana, antes bien, Ella sabe en que estado os encontráis y hasta donde mi misericordia está trabajando en este mundo para lograr la salvación de la almas.
Oíd esto y aprended:
Una madre y sus cinco hijos planean un paseo al bosque, tres de ellos desobedientes, orgullosos, presumiendo de sus fuerzas; dos de ellos, débiles, refugiados siempre en la cercanías de su mamá. Salen con un día espléndido y llegan a un claro en el cual comienzan a practicar los juegos comunes de los niños con sus madres, mas en determinado momento estos tres pequeños aduciendo estar aburridos de depender de su madre deciden alejarse por su cuenta. El primero de ellos se interna en la espesura del bosque, el segundo intenta cruzar un profundo lago, el tercero juega a las orillas de un precipicio mientras la madre con sus dos pequeñuelos los arrulla y les canta. Estos tres atrevidos inician sus aventuras lejos de las maternales llamadas. Advertida del peligro, tomando a sus dos pequeños de la mano, sale en busca de los hijos perdidos; aquél que se adentró en la espesura encuentra una fiera salvaje que lanzándose sobre él lo destroza y le quita la vida; aquél que se atrevió a adentrarse en el lago profundo es arrastrado por sus aguas y comienza a ahogarse, cuando la madre, llegando a la orilla extiende su mano y lo rescata; el tercero jugando a orillas del precipicio es sorprendido por un fuerte viento y desbarrancándose cae al vacío sufriendo la quebradura de sus dos piernas. ¿Qué significa pues esto? Ved vosotros, aquél que se adentró en el bosque es aquel hombre que dejando el amor quiere hallar la fe solamente en la inteligencia y en teorías vanas que terminan por perderlo pues los demonios hacen fácil presa de aquel hombre que carece de espiritualidad; aquél que se adentra en aguas profundas es aquél que quiere valerse en el mundo contra la Voluntad del Señor desarrollándose por su cuenta, mas los dolores de esta vida lo ahogan y no encuentra fuerzas ni paz, alguna oración propia o de otros con la intervención de su Madre Santísima lo ha salvado de la pérdida total; aquel hijo que juguetea al borde del abismo es aquel cristiano que comienza a alternar con sectas perdiendo así la brújula, el norte de su fe y por eso sufre. Al volver a su Madre está mutilado pues gran parte de su fe ha quedado quebrada por estas prácticas contrarias. ¿Reconocéis a la Madre? Vuestra Madre. ¿Reconocéis a los pequeños? Debéis ser vosotros. No hagáis nada que ofenda a vuestra Madre, no hagáis nada que os aleje de vuestra Madre, si os sentís fuertes poned vuestras fuerzas al servicio de vuestra Madre y Ella os llevará al lugar de eterna felicidad con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Hijo. Si os enseño como a niños es porque no deseo que recriminéis que utilizo con vosotros Doctrina de Alta Escuela, y es más, siempre me agradó hablar simple para los simples.
Tened paz, mi Madre bendecirá ahora todos vuestros Rosarios, tomadlos pues con vuestra mano derecha y elevadlos para que Ella les de el toque de su gracia. Madre he aquí a tus hijos. (Bendición de los Rosarios)
Si Ella os bendice Yo también lo haré pues todo poder es mío en el Cielo y en la tierra. Recordad que os amo y que os necesito a mi servicio por siempre soy Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo que déis os daré y lo que neguéis os negaré. Tened paz.
Lectura: Apocalipsis Cap. 20, Vers. 11 al 15.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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