CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 7

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





DEBÉIS OBTENER LA AUTÉNTICA LIBERTAD
QUE ES SEGUIR A DIOS...
QUIEN ACTÚA SEGÚN SU CAPRICHO
SE ESCLAVIZA DE ÉL

CAPITAL FEDERAL, 16 de septiembre de 1988
CENÁCULO MARIA, REINA UNIVERSAL, VOZ DEL CIELO PARA LA SALVACION DE LAS ALMAS

La paz descienda sobre vuestros corazones, ovejas de mi grey.
Feliz todo aquél que oye la llamada de su Señor y se acerca con confianza. Feliz aquél que pone toda su esperanza en manos de la intercesión de su Madre Santísima pues no se verá defraudado.
En tiempos lejanos para vosotros, los poderosos con su opresión no dejaban en libertad a mi pueblo para que pudiese rendirme culto como me agrada y bajo cualquier pretexto los oprimían. Hasta que un día decidí intervenir buscando un instrumento adecuado y con mano firme los llamé y liberté y saqué a mi pueblo de entre los que los oprimían. Hoy, mi pueblo, que es la Iglesia, está nuevamente oprimido, sufre de opresión por varios motivos. Los poderes, los poderes políticos que intentan colocar un tono distinto a la voz del evangelio. El materialismo, que en su afán de posesión, no duda en cometer ningún tipo de sacrilegios contra las santas y sagradas cosas de Dios. El racionalismo, que todo lo explica, razona y da a luz en la inteligencia meramente humana y ha desacralizado y quitado el Espíritu a todos mis hijos reemplazándolo por la mente. Y hoy, Yo, vuestro Señor he oído vuestros clamores en este mundo de dolor y he venido a libertaros. Estoy tomando en todas partes, nuevos instrumentos, que son los encargados de llevar mi voz a mi pueblo y que con prodigios y milagros y palabras de exhortación y valientes sacarán a mi pueblo de la opresión. Verdad es: parte de ese pueblo cree conveniente quedar como está, mas Yo, vuestro Señor, que veo más lejos que vosotros os digo: debéis moveros, debéis avanzar, debéis obtener la auténtica libertad que es seguir a Dios. Este mundo pagano profesa libertad. Es libre aquél que puede elegir, Yo os he hecho libres. Pero aquél que no logra salir del pecado aunque lo intenta ¿qué libertad tiene? Esa falsa libertad que en realidad es un deseo de esconderse de la mirada de vuestro Dios bajo capas y capas de sensaciones que no son la gracia divina. Sabedlo, amadas ovejas de mi rebaño, el hombre libre es el que actúa según la voluntad de Dios y no según su capricho porque quién actúa según su capricho se esclaviza de él, mas el que actúa según su Señor se hace amigo y puente de salvación para otros.
Nada es fácil, nada se obtiene sin sacrificio. Todo lo obtuve por vosotros en el madero de la cruz por eso bendeciré hoy estas cruces que habéis traido para que sean ellas el signo de vuestro antiguo y viejo hombre pecador enclavado en esa cruz, fijo, para que no pueda moverse ya, dejadlo allí para que no os pueda molestar y seguidme libres. Vosotros llevaréis sobre vuestro pecho mi señal y en la medida de vuestra fe os hará imbatibles aunque estéis derrotados para el mundo.
Orad, en el último misterio de dolor recibiréis la bendición.

Lectura: San Juan, Cap. 8, Vers. 21 al 28.

Os he hablado de vuestra verdadera y auténtica libertad pues a ella recurriré antes de daros mi bendición. Voy a interrogaros y vosotros mismos responderéis si así lo sentís: “Si, aceptamos”. Amados hijos míos, aceptáis la imposición de esta cruz como signo de mi voluntad sobre vuestras vidas como el medio más idóneo para vuestra salvación sin oponer resistencia a mis inspiraciones y aunque esta os traiga aparejado dolores. Responded... (Todos responden: “Si, aceptamos”). Sea esta cruz el signo visible de vuestra espiritual aceptación, de hoy en más, ella os marca en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Sabed que he tomado Yo en serio vuestra entrega, tomadla también vosotros, y cada lágrima que debáis derramar por la aceptación de vuestra cruz es una perla del tesoro que os espera en el Reino de los Cielos.
Rezad, orad, pedid, en estos misterios gloriosos para que vuestra Madre continúe intercediendo; a no ser por Ella otro fin habría tenido ya esta humanidad. Agradeced, hijos, tan digna Madre. Tened paz.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE