Edición Nro. 6
Y ESTARÉIS SIEMPRE CONMIGO
7 de agosto de 1988
¿Qué es esa perturbación que ha inundado vuestros corazones pensando tal vez que no estaba Yo aquí?
Desde vuestro primer paso dentro desde este sagrado lugar (Capilla) mi presencia os acompaña mas recién os dirijo mi palabra pues oración profunda y piadosa no merece ser interrumpida. Si os he traído aquí para hablaros ¿no hablaría entonces? Aprended, aprended a tener paciencia y sabréis que no es tan fácil oír la voz del Cielo.
En adelante deberéis esforzaros en vuestras oraciones para recibir mi guía y palabra, pues lo he dicho, habéis visto lo que hago y sabéis Quién soy, por lo cual estáis hoy aquí y por lo cual sois benditos.
Calmad vuestra ansias, retened vuestro espíritu, relajáos en mí, orad, esperad, confiad. Cierto es que el tiempo para vosotros marcha y marcha inexorablemente y los días y horas os hacen sentir inquietos y nerviosos mas toda ansiedad será alejada de vuestro corazón en la medida en que confiéis en mí. Sed vosotros mis ojos y mis manos. Dejad que sea Yo vuestro espíritu.
Recibid bendición de Quién os ama y por cada uno de vosotros está allí en la prisión de amor (Sagrario), en la Sagrada Eucaristía.
Yo os bendigo, os doy la paz como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Seguid las huellas de mi Madre y estaréis siempre conmigo.
Id en paz.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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