Edición Nro. 5
MATADEROS, 25 de junio de 1988
CENÁCULO NUESTRA SEÑORA DE LA FIDELIDAD
Las grandes obras del Señor entre vosotros se han dado siempre a través de la oración. Ha descendido el Santo Espíritu de Dios sobre la Virgen orante encarnando en Ella al Salvador. Ha descendido el Espíritu Santo de vuestro Señor a formar la Santa Iglesia estando la Santa Virgen en oración con mis discípulos fieles. Viene a vosotros el Espíritu del Señor estando reunidos con la Santa Virgen en oración. Sed vosotros como aquellos discípulos fieles que convertían en obra las palabras que el Espíritu soplaba en su alma. Vedme aquí, soy vuestro Señor, Corazón abierto y radiante, pues las gracias parten abundantemente hacia vosotros.
Mi gesto, es gesto de bendición hacia mi grey reunida. No deseo que temáis, acercaos con confianza, aquí estoy, hablad, ¿qué necesita vuestra alma para apagar esa sed? ¿qué necesitáis de mí? Todo lo obtendréis si recurrís con confianza y si hacéis vida en vosotros mis palabras. Son más que consejos morales, son más que dichos famosos, son más que costumbres y tradiciones. Mis Palabras contienen la Vida. Si sabéis aprovecharlas viviréis siempre, siempre a mi lado.
Se de vuestras dificultades y problemas, se de vuestros dolores, mas, os toca vivir en una época en la cual esta humanidad sedienta de poder, ambiciosa, llena de orgullo y soberbia, está intentando borrar mi Nombre de la memoria. Esta creando al hombre por el hombre sin Dios y sin ley. Y es así que una creación tan erróneamente realizada no puede florecer, por eso, todo esto que sucede tiene su raíz en el pecado. Y estos frutos de maldad e insolencia frente a vuestro Dios han nacido de esa semilla que el demonio ha plantado en el alma del hombre orgulloso, pues el orgullo es abono que hace crecer el mal.
Diariamente debéis examinar vuestra conducta, diariamente debéis recordar que estoy junto a vosotros, diariamente debéis verme en vuestro prójimo. Solo así sabréis que vuestro Dios está presente y entre vosotros hasta el fin de los tiempos.
Os he dicho: no temáis ahora, pero sabed que como enorme es mi misericordia como infinita e insondable así es mi Justicia.
Yo coronaré con éxito vuestras empresas si las emprendéis solamente para obtener gracias valederas en el Reino y no por honores humanos. Esa vanagloria es lo que corrompe todo. Desprendéos de eso y trabajad unidos por la fe, el amor y la esperanza en el Reino.
Tenéis entre vosotros a un hijo predilecto1 de mi Madre que está librando su combate con poca fuerza y mucha necesidad mas con valentía. Yo lo he auxiliado y lo seguiré haciendo y haré que mantenga su camino pues lo que está reservado al Señor nadie puede apartarlo. Así obro entre vosotros, mano firme, Corazón amoroso.
Desead de corazón salvaros. Entregad vuestra vida a la causa de la fe y solo así seréis felices.
Os bendigo, os doy la paz, llevad según vuestra fe.
Sed santos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Quién ora al Señor, del Señor consigue, quién mucho ora al Señor, todo lo consigue. Paz a vosotros.
Lectura: Deuteronomio, Cap. 6, Vers. 1 al 9.
1 Sacerdote presente.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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