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SI ABANDONÁIS LA VIGILANCIA DE ORACIÓN
SUFRIRÉIS DOLOROSAS DERROTAS

Capital Federal, 17 de octubre de 1987
Cenáculo María protectora de los que perseveran en la fe

Lecturas: Malaquías, Cap. 3, Vers. 22; San Lucas, Cap. 5, Vers. 27.

He mencionado más de una vez que necesito de vuestra voluntad y perseverancia, perseverad en la oración y poned voluntad firme en vuestros sacrificios, pues no es fácil el camino, y aquél que lo crea fácil está muy lejos de lo que el Señor está pidiendo. Sabed que corre riesgos mi Obra, corre riesgos en ustedes, criaturas imperfectas, pero luchad, si abandonáis la vigilancia de oración sufriréis dolorosas derrotas.
Vuestro cenáculo tendrá hoy nombre “María, protectora de los que perseveran en la fe”, y esa virtud llevarán también los objetos benditos hoy. Perseverancia a mi lado, dice el Señor.
Hoy estoy imponiendo algo más, pues hay mayor libertad, pues el elegido está aplastado en sí mismo, y como él ha desaparecido, aquí estoy Yo haciendo mi trabajo entre vosotros. Sabed reconocer la voz que os llama o pereceréis, y no estoy hablando a piedras, sino a criaturas salidas de mis manos.
La profundidad de amor por vosotros es inmedible y se extiende a través de todo el mundo, aprovechad las gracias que descienden pues también el enemigo está muy activo y no se muestra jamás abiertamente. Sed sensibles entre vosotros, acerca de vuestros problemas y dificultades, para continuar en la fe, manteneos en un mismo espíritu, ánimo, el Señor está aquí.
Bendigo estos objetos para que lleven con ellos la virtud de la perseverancia, alcancen la bendición en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Ahora es cuando debéis comenzar a confiar más en mí y a desconfiar de vuestras propias iniciativas. Volved a vuestros hogares en paz.




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