Primeros Mensajes desde 1985
Y YO OS ASISTIRÉ
Capital Federal, 9 de octubre de 1987
Cenáculo María, Reina de los apóstoles
Dice el Señor que ha medida que se avanza, las pruebas van siendo más fuertes, pero también la presencia de su gracia es mayor para poder sobrepasar los obstáculos. Retomad para vosotros estas palabras, dice el Señor: Por no ser frío ni caliente te vomitaré de mi boca.
Decidíos a seguir, decidíos, no os quedéis esperando siempre algo y siempre colocando alguna excusa más para no cumplir los pedidos ya realizados para no ayudar a mi Obra y para no hablar, pues la misión es para todos y por todos. ¿Acaso no véis que no necesito de vosotros sino que es a la inversa? Y sin embargo os llamo y os pido, casi mendigo de ustedes vuestros sacrificios y oraciones, y aún aunque son imperfectas os premio igualmente. Pero aprended y seguid creciendo. Buscad lo perfecto en el servicio a vuestro Dios y mantened la calma pues aún en medio de la tormenta el timón seguirá siempre firme pues mi barca la guío Yo.
Dice el Señor que el mundo y sus secuaces están luchando por apagar el fuego del amor divino que arde en cada hijo de Dios bautizado y en muchos casos lo logran con éxito por permisión de los propios hijos. Debemos nosotros con nuestro ejemplo, con nuestras obras, con nuestra humildad, arrastrar a otros hacia la hoguera del amor que es el Corazón de Jesús para que se reavive en ellos el fuego del Espíritu Santo.
Muchos desean recibir, dice el Señor, y muchos quieren pedir, y muchos desean llevar para si gracias, pero no están dispuestos a dar pues no quieren ablandar sus costumbres paganas. No quieren modificar su vida y así no lograrán, dice el Señor, nada de mí, porque habitamos en dos mundos diferentes. Si os atenéis a lo pedido, dice el Señor, si os convertís a mi gracia, entonces si hablaremos de Padre a hijo, pero si renegáis de mi paternidad sobre ustedes, ¿cómo luego venís a pedirme? Y no hay tiempo, ni sacrificio material, ni espiritual, que justifique un alejamiento del Señor, debéis hacerlo todo por estar cerca mío pues solo estando cerca mío os sentiréis en paz como ahora. Y sabed que nunca es tarde, dice el Señor, si os disponéis bien. Yo acepto todo ofrecimiento con gusto, pero estad atentos a mis pedidos.
Dice el Señor que una de las señoras por la cual han pedido hoy también sanará. Dice el Señor que no crean que falta mucho y no crean que hay mucho tiempo, pues el día avanza, la noche está cercana y el comienzo del fin está por llegar. Dice el Señor que ha reforzado la guardia de ángeles hoy interior y exteriormente porque había gran cantidad de interferencia enemiga.1 Y San Miguel, dice el Señor, está protegiendo el lugar, San Rafael dice que está orando con nosotros y San Gabriel se ocupa de cuidar a los niños especialmente por indicación de la Virgen.2
(Visión) Ahora se ve a la Virgen sentada en su trono con el Niñito, con la mano derecha sostiene al Niño y tiene un hermoso vestido de Reina, y ahora ya no tiene al Niño... y es porque quiere decir que Jesús está entre nosotros. Dice que han rezado bien otra vez y que envía una bendición particular al cenáculo de la cárcel. Ellos también han rezado bien y que dejen ese asunto en manos de su Madre que Ella los va guiando, que sean confiados y estén tranquilos porque la victoria está de parte de los que aman al Señor y lo honran pero no dejen de realizar sacrificios especiales pues esa obra por ser muy importante también es especialmente atacada.
Si, dice el Señor, que los que han venido hoy por primera vez también llevan la bendición para los miembros de su familia y también para lugares que han pedido, para los cenáculos de Bahía Blanca. ¡Ah!, dice el Señor que quiere que vayamos allá también, que hay que ir allá.
Va a hablar el Señor. Señor mío y Dios mío: Oíd, amigos de Dios, oíd ovejas, de vuestra libertad depende vuestra salvación, si usáis correctamente esta libertad que os he otorgado seréis sanos y salvos en mí. Si os equivocáis y miráis hacia el libertinaje os hundiréis indefectiblemente. Tened paciencia si aún sois en este mundo como objetos raros y si os miran con desprecio algunos, con miedo otros, porque la única mirada que os debe importar es el ojo de vuestro Dios que alcanza a toda criatura. Y no veáis más que eso. Esforzáos por salvar las almas, es la única ambición que cada seguidor mío tiene en esta tierra: salvarse y salvar a otros. Y a esos llamo mis apóstoles, a esos llamo mis predilectos, a esos llamo mis trabajadores.
Hay entre ustedes un hijo mío consagrado a mí y de especial servicio a mi Palabra que también está siendo muy criticado por este motivo,3 pero Yo lo permito para su purificación y para que renazca en el fuego de la lucha apostólica, no lo abandonéis, mantenedlo unido a vosotros y vosotros a mí, pues juntos haremos nuestra Obra, pues esta Obra ya no es solo mía sino vuestra y os pertenece en la medida en que vuestros sacrificios acrecientan el nivel de gracia que actúa por medio de mi hijo elegido aquí presente también. Para el día trece deseo que él bendiga uno por uno, luego de la oración a todos los enfermos y los presentes, no os preocupéis por su fuerza, pues Yo se la daré y su bendición será la mía y la paz que descienda será la que Yo doy.
Los objetos que se bendigan hoy, dice el Señor, que despertarán especial devoción mariana en los que los lleven.
Dice el Señor que la última decena tenemos que hacerla para algunas almas del Purgatorio que están especialmente mal, cumpliendo allí su condena y que no tienen quién ore por ellos, que dediquemos esta decena para su alivio, que si lo hacemos bien, con mucho fervor, hasta pueden librar alguna de ellas.
Dice el Señor que sabe que ustedes realmente creen que Él está aquí y por eso Él obrará según sus pedidos porque ustedes realmente creen en su presencia, pero que no olviden que la mayor presencia del Señor es en la Santa Misa y en la Sagrada Eucaristía.
Dice el Señor que durante esta próxima semana recemos el santo rosario cada día ofreciéndolo como Consagración al Inmaculado Corazón de María; al fin de la misma, el día viernes, vendrá la misma Madre a tocar vuestros corazones particularmente.
Dice que continuemos la oración.
Lectura: San Marcos, Cap. 16, Vers. 12 al 20.
Va a dar la bendición a todos los objetos mientras nosotros rezamos el Salve en honor a su Santísima Madre.
Dice el Señor que nos pongamos todos de rodillas para recibir la bendición: El Señor, Rey de Cielo y tierra, desciende entre vosotros para dejaros sus palabras, que ellas fecunden, regadas y protegidas por vuestra fe en mí. Yo no los abandonaré si ustedes me siguen con fidelidad. Sed solo míos, sed de mi pertenencia y Yo os asistiré. Confiad hasta más allá de los límites humanamente creíbles y veréis el poder del Señor manejar a las cosas milagrosamente.
Recibid bendición de Quién os ama más de lo que os amáis vosotros mismos.
En el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Aquél que entienda que estoy aquí que actúe consecuentemente a mis pedidos, aquél que dude, ¿cuánto más deberé esperar?
No olvidéis orar también por la paz pues hay muchos que trabajan por la violencia y la guerra.
Vuestro Dios ha hablado. Volved a vuestros hogares en paz.
1 espíritus malignos, demonios enemigos de las almas.
2 Uno de los niños, con mucha fiebre, con el transcurso de la reunión y la imposición de manos, mejora inmediatamente.
3 Padre S.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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