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EL MEJOR SACRIFICIO, UNA ORACIÓN SINCERA

26 de febrero de 1987

Dice el Señor que piden ver y escuchar sin saber que eso los compromete.
El que ve y escucha queda comprometido a cumplir lo que se dice. Ahora, ahora ves, dime, ¿qué ves?, dime, si no me ves, ¿a quién entonces?
Mi altar está construido por piedras vivas y son ustedes. El mejor sacrificio, una oración sincera, dice Jesús, un corazón abierto, dice el Señor.
Paz, paz les daré.
El tiempo, dice Jesús, se acorta, hay inminencia de desastres para ustedes y para todos, para todos, dice el Señor, para las almas. Traten de unirse más, formen una barrera de oración frente al enemigo. El que está conmigo no teme. A nadie obligo, ni castigo, dice Jesús. A todos amo y a ti también, especialmente te amo.
El que mira con fe, ve aunque sea ciego.
El1 temía hablar por ti hoy, ahora ya no teme. Prometió no hablar más de mí y hoy habla más de lo que debería, dice Jesús. Me agrada su sinceridad, pero no sean duros de corazón.
Abundantes gracias concederé hoy a ustedes, si continúan rezando con fe.
Hombre de fe, no dudes de tu Dios; creación del Señor, no reniegues del artesano que te ha formando.
Dos palabras para hoy: poco tiempo. Recuerden: poco tiempo.
Sigan orando.
El sembrador ya ha echado su semilla y se ve venir al enemigo en pos de ella para arrebatarla. Poco tiempo tardará en empezar su trabajo, pero el que está conmigo nunca teme.
No hieran más, dice el Señor, a mi santa esposa. No dejen que el enemigo la derrote tanto y la haga sufrir.
La Obra va según mi designio. Nadie traza planes sin mi autorización aunque así lo crean. Y tú que escuchas, ¿qué harás frente a tu Dios?
Por los frutos los conocerán, dije alguna vez.
Ahora están gozando los frutos del sacrificio, pero no renieguen de ellos. Sin dolor no avanzarán, sin cruz no hay resurrección.2
Hay mucha resistencia en el mundo, como en la primera época, aún así entraré por un tiempo a los corazones duros e iré completando el número de los salvados.
No dejen los puestos de combate porque el enemigo está muy atento. Continúen en la unidad en oración y sacrificios. Los Santos Sacramentos son la forma que tengo de penetraros hasta lo más íntimo de vuestro ser, dice Jesús, no renieguen de ellos.
Sométanse aún a los violentos, aún a los mentirosos e hipócritas que tratan de cambiar el curso de los ríos, pero el agua viva baja por los canales que el Señor ha elegido.
No teman ya que aunque se avecine la noche: Yo soy la luz que ilumina vuestros pasos, dice Jesús. Continúen con su oración.
No todos los que escuchan entienden y no todos los que oyen cumplen, pero no importa, un buen padre no se cansa de insistir en la corrección de sus hijos.
Cuánto más no lo hará Él3 por nosotros.
Dice el Señor que no se avergüencen de estar de rodillas. Tengan el orgullo de arrodillarse frente a su Padre Dios, herederos del Cielo.
El Señor quiere bendecirlos a todos ahora, a la vez bendice otra vez todos los elementos de oración y culto que tiene aquí: las Biblias, Rosarios, medallas.
Mi Palabra oída, dice el Señor, deja un sello indeleble en sus almas y ustedes lo tienen a partir de ahora, su actitud corre por su cuenta, con la libertad que Él les ha concedido, dice Jesús.
Reciban la bendición de su Padre que los ama y penetre hasta lo más hondo de sus almas, los separe de toda tentación y evite que caigan en los pozos que el maligno viene tendiendo como trampas cegadoras de su fe. Yo, el Señor, les doy paz y los consagro a mi Divina Misericordia junto con el Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María aquí presente. Que gocen de esta vida, la paz y el amor.
Sus lugares los aguardan, sepan mantenerlos.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Dos palabras más para ustedes, recuerden: el enemigo acecha. Recuerden que el enemigo está al acecho, alejen el temor.

1 vidente.
2 Todos resucitaremos. Todos debemos pasar por la cruz, según como la aceptemos, al resucitar sabremos nuestro destino final.
3 El Padre Celestial.




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